jueves, 18 de junio de 2009

Se requiere reforma tributaria para afrontar el déficit fiscal

Así lo anunció el Presidente Álvaro Uribe Vélez. El próximo 20 de julio se presentará un proyecto al Congreso, que busca dar solución para cubrir el billón de pesos que dejará de recibir la Nación en 2011 por el vencimiento del impuesto al patrimonio

Uribe Vélez pidió al Ministro de Hacienda convocar “a un gran proceso de concertación con los contribuyentes”, con el fin de evaluar la forma como se definirán las fuente de esos recursos.

Fedesarrollo y la Asociación de Instituciones Financieras (Anif) se unieron a la propuesta, pero aseguraron que el cambio debe ser estructural para también afrontar el déficit fiscal denunciado por el Ministerio de Hacienda esta semana.

Pero el Gobierno y el sector privado no están de acuerdo con todo. Mientras el primero propone una ampliación al impuesto de patrimonio por más años y dejar intacto el IVA, el impuesto de Renta ni las exenciones tributarias a la inversión extranjera, los segundos quieren modificarlos.

Los cambios que recomiendan a la actual regulación involucran un aumento de un punto porcentual al IVA, ubicándolo en 17 por ciento y al impuesto de Renta, que se cobraría en 30 por ciento.

Por su parte, el presidente de Anif, Sergio Clavijo, propuso el cobro del impuesto del patrimonio a capitales superiores a 200 millones de pesos brutos. Hoy se cobra a 3.000 millones de pesos líquidos netos.

Si estos cambios se hacen realidad, se podrá desmontar tributos antitécnicos, como el Gravamen a los Movimientos Financieros o 4x1.000, que equivalen a dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y las exenciones tributarias a la inversión extranjera, impuesto correspondiente a 0,5 por ciento del PIB.

No obstante, el ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, aseguró que la idea de disminuir la base del cobro del impuesto al patrimonio, es bien recibida, pero que no se tocará al IVA, el tributo de Renta ni las exenciones tributarias. “Esta propuesta será estudiada en las mesas de concertación que se realizarán hasta el 20 de julio”, explicó el funcionario.

Por su parte, analistas internacionales opinan que estos cambios en la forma de financiación del país son positivos.
“Colombia tiene espacio para hacer política fiscal contracíclica, es un debate que hay que hacer, el problema es que por estar ad portas de las elecciones, es una discusión que tendrá que esperar”, aseguró el jefe para investigaciones de América Latina de JP Morgan, Luis Oganes.

Una reforma tributaria, también es necesaria para que se logre el grado de inversión. El director de Sovering de Fitch, Erich Arispe, explicó que una de las razones por la que no se otorga esta calificación es porque las necesidades de financiamiento de Colombia están por encima de las de otros países de la Región con el mismo grado de calificación, lo que tampoco permite el aumento de la nota.

A este hecho se suman otros tres factores puntuales: una ampliación del comercio colombiano; mayor confianza en las políticas monetarias y cambiarias, y un cambio en la balanza de cuenta corriente.

De esta forma, antes de otorgar el grado de inversión a Colombia, el Gobierno deberá trabajar para mejorar sus perspectivas.

“El comercio está centrado en países inestables, con un crecimiento futuro incierto, como lo son Ecuador y Venezuela, este hecho siembra la desconfianza en la economía y, por ello, no es posible aumentar su calificación”, explicó el director de calificaciones de la firma, Erich Arispe.

Y no sólo Fitch apoya esta idea, el jefe de estrategias en mercados emergentes de Deutsche Bank, Drausio Giacomelli, opina lo mismo.

“El gran problema de Colombia es que muchas exportaciones están concentradas en la Región. El país aún tiene que avanzar, ampliar el mercado y ser globalizado”, aseguró Giacomelli.

Esta es sólo “la punta del iceberg”, porque al comercio cerrado se suma una pérdida de socios, como Europa y Estados Unidos, por causa de la crisis internacional.

Sólo en marzo las exportaciones cayeron 9,3 por ciento, mientras que en lo corrido del año alcanzan una disminución de 13,2 por ciento.

Otra preocupación de Fitch en ese sentido, es que en el país el crecimiento de las ganancias del comercio exterior dependa de la devaluación del peso.

A esto se suma una desconfianza en las políticas monetarias y cambiarias del Gobierno, que se muestran, según Arispe, en decisiones como los controles de capitales impuestos en años anteriores. Ahora aunque la política ha comenzado a avanzar, aún falta ver sus efectos.

En este sentido, los expertos opinan que aunque el país tiene espacio para continuar con recortes de tasa de interés, ya se le acaba el margen.

“Se prevé que en la junta del Banco de la República que se realizará el viernes habrá un recorte de 50 puntos básicos, es decir que la tasa se ubicará en 4,50 por ciento. Sin embargo, la disminución comienza a llegar a su fin porque la política se debe mantener mínimo con una tasa real de cero por ciento”, opinó el presidente de Asociación de Instituciones Financieras (Anif), Sergio Clavijo.

Así las cosas, desde ya se pronostica que recuperación del crecimiento colombiano será lenta y las cifras se ubicarán por debajo del potencial de cinco por ciento. Para JP Morgan en 2009 Colombia tendrá un Producto Interno Bruto (PIB) de 0,9 por ciento, mientras que para Anif estará en 0,4 por ciento.

El grado de inversión ayudaría a acelerar el crecimiento del país, pero otro de los puntos que impide que se logre es un desbalance en la cuenta corriente, es decir que salen más dólares de los que entran a la economía.

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