jueves, 13 de noviembre de 2008

La historia de DRFE, la pirámide que puso a temblar a 11 departamentos

Su representante Carlos Alfredo Suárez, está desaparecido. De administrar un parqueadero pasó a manejar miles de millones de pesos. Las autoridades aún no han levantado cargos en su contra.

La última vez que lo vieron en Pasto fue el pasado viernes.

Ese día dio una rueda de prensa para intentar calmar a la gente, que completaba ya dos meses esperando que DRFE cumpliera con los intereses milagrosos (70 por ciento al mes) que prometió cuando entregaron su plata.

Después, cuentan sus vecinos del exclusivo sector de Las Cuadras, lo vieron abandonar su casa en varias camionetas que sus 15 escoltas llenaron de maletas. Se supone que iban repletas de billetes.

El miércoles en la noche, cuando la caída de la pirámide era un hecho y los desórdenes llevaron al toque de queda en dos capitales y cinco municipios del país (ayer la medida se impuso también en Mocoa), decenas de personas llegaron hasta esa casa y pretendieron saquearla.

Alcanzaron a sacar algunas cosas, pero la intervención de la Policía evitó los desmanes. La familia de Suárez también desapareció esta semana de su barrio de siempre, el Santa Mónica, donde él vivió hasta comienzos de este año. La gente en la ciudad dice que se refugiaron en Ecuador.

Todavía le creen

El jueves, mientras centenares de personas hacían fila en la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía para interponer sus denuncias contra DRFE, otras tantas marchaban por las principales vías de la ciudad con carteles de respaldo a Carlos Suárez.

Ellos dicen que volverá a aparecer en pocos días para desarmar el supuesto montaje que los medios y las autoridades montaron en contra este hombre de apenas 28 años que, en meses, pasó de manejar un parqueadero, vender obleas y vivir en la casa de su mamá a ser el hombre de las decisiones detrás de un emporio de captación ilegal de plata que deja centenares de miles de personas estafadas.

Su increíble historia recuerda la de David Murcia Guzmán, el polémico dueño de DMG que saltó del Putumayo a las grandes ligas de los negocios. De hecho, el Gobierno maneja información que lo relaciona, en el pasado, con DMG.

Aunque todo el mundo lo está buscando, Suárez no tenía hasta ayer ningún requerimiento judicial en su contra. Los más sorprendidos con su transformación son sus antiguos compañeros de un centro médico, donde era mensajero. Renunció en diciembre pasado y no volvió por la liquidación, a pesar de que todos sabían que pasaba necesidades.

Guillermo García, ex secretario de Gobierno de Nariño, recuerda que entre abril y mayo pasados la Gobernación alertó a la Fiscalía y a la Superintendencia Financiera para que investigaran por qué centenares de personas se apostaban a las entradas de los 10 locales que, tan solo en Pasto, tenía DRFE.

Para ese momento la empresa ya había saltado a otros departamentos. Un insólito comunicado en el que DMG asegura que advirtió que la empresa de Suárez era una pirámide menciona que "hubo antecedentes en el país vecino de Ecuador, en donde se le hizo allanamientos a varias de sus oficinas y se prohibió su funcionamiento".

Uno de los asuntos por aclarar es que cuando Suárez empezó a figurar como representante legal, DRFE ya existía. Según el registro que hay en la Cámara de Comercio de Pasto, empezó a funcionar con un capital de 300 millones de pesos y su primera licencia es del 2004.

En un solo día recaudaban, tan solo en una oficina de Pasto, hasta 1.500 millones. Sus gerentes en todo el país eran nariñenses y los registros contables dicen que en entre abril y septiembre pasado recaudaron 411 mil 113 millones de pesos.

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